Un Oriente a full color: Artes Plásticas para la paz y la vida.

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Por Daniella Chico Moreno

Equipo de Comunicaciones

Nuestro programa formativo de Artes Plásticas para la paz y la vida, ha estado pintado (literal y figuradamente) de todos los colores y sus respectivos matices. Este espacio, que acoge a beneficiarios de todas las edades, ha sido un nicho importante para reflexionar en torno a los oficios, al impacto de las artes en el tejido social comunitario, a la diversidad del género y las expresiones del mismo. 

Por medio de la enseñanza de las artes con enfoque en los oficios, se han desarrollado las habilidades de la población adulta y adulta mayor con miras hacia el aprovechamiento de estos talentos emergentes, y por supuesto, la juntanza que nace del compartir estos espacios de inspiración y acción con las manos. El trabajo que se hace con la población de la tercera edad ha permitido dignificar y construir relaciones valiosas para todas y cada una de las participantes, creando lazos que van más allá de las manualidades y que las acompañan aún fuera del espacio físico de Somos Pacífico. El impacto de las artes manuales trasciende más allá de la obra que resulta; con esas manos experimentadas, se construyen más que solo obras: se construye unidad. 

El trabajo con las poblaciones más jóvenes es igual de inspirador, aunque toque otras líneas formativas. La teoría del color, los principios de las artes plásticas y los saberes fundamentales de lo pictórico, han propiciado la creación de perspectivas propias sobre el género y cómo plasmarlas en los lienzos. Muchas de las obras que nacen de este ejercicio, hicieron parte de la exposición “Convergiendo en el Oriente”, una vitrina importante que tuvo lugar en Casa de Mono y que expuso, durante cuatro días en el corazón de Cali, el resultado de los trabajos que alumnos y alumnas realizaron en este periodo; el género, lo queer, las tradiciones, los paisajes del pacífico y la cotidianidad del Oriente, fueron algunos de los temas que se exploraron a través de sus obras, ofreciendo una rica variedad de visiones y discursos. 

Este espacio, de expresión e inspiración, juega un papel fundamental en la construcción de paz y en el fortalecimiento del tejido social en nuestra Comuna 21 y en todo el Oriente de Cali, caracterizada por ser una región históricamente marcada por la violencia, el conflicto y la desigualdad. A través de la expresión artística, los individuos y comunidades encuentran un espacio para canalizar sus emociones, experiencias y aspiraciones, contribuyendo a la transformación de la realidad social y cultural de la zona.

En primera instancia, las artes plásticas permiten a los habitantes del oriente de Cali narrar sus historias y vivencias de manera visual, creando obras que reflejan la identidad, los desafíos y las luchas de la comunidad. Esta representación artística puede ser un medio para sanar heridas colectivas, promover la reflexión y dar visibilidad a realidades que muchas veces son invisibilizadas. Al mismo tiempo, al ser un lenguaje universal, las artes plásticas tienen el poder de superar barreras lingüísticas y sociales, fomentando el entendimiento mutuo entre diferentes grupos sociales y étnicos. 

Además, las prácticas artísticas en esta región promueven el encuentro entre diversos actores sociales, favoreciendo la creación de redes de apoyo y solidaridad. Talleres de arte, murales comunitarios, proyectos de manualidades y exposiciones son espacios donde jóvenes, adultos y niños pueden interactuar, compartir sus perspectivas y colaborar en la creación de proyectos colectivos. Estas actividades contribuyen a la construcción de confianza y al fortalecimiento del sentido de pertenencia a la comunidad, elementos esenciales para la paz.

 Las artes plásticas no solo son una forma de expresión estética, sino también una herramienta de transformación. A través de ellas, se construye un nuevo tejido social basado en el respeto, la inclusión y la cooperación, elementos clave para avanzar hacia una cultura de paz en un sector donde la violencia ha sido una constante. Esta realidad, la cual ha tenido cambios significativos y un impacto positivo evidente en nuestra población, es producto del trabajo de nuestros profesores, mentores, colaboradores y aportantes como Sumiquim, Secretaría de Cultura, Gobernación del Valle y Co Crea, organizaciones y empresas comprometidas con el cambio social. A todos ellos, agradecemos profundamente su apoyo y empuje, apostando por las artes como una salida al conflicto y un camino certero a la paz. 

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