El Oriente de Cali es un territorio que vibra con fuerza, creatividad y resistencia. En sus comunas, día a día, miles de personas construyen futuro a través de la cultura, el arte y la participación comunitaria. En medio de los desafíos sociales y económicos que históricamente han afectado esta zona, han emergido procesos comunitarios que no solo sostienen el tejido social, sino que lo fortalecen, lo empoderan y lo hacen florecer.
En este contexto, la Secretaría de Cultura de Cali ha sido un aliado fundamental para que estos procesos no se queden en la intención, sino que se conviertan en acciones sostenibles que impactan vidas. Su acompañamiento ha sido clave para democratizar el acceso a la cultura, fortalecer las organizaciones de base, y darle visibilidad al talento y la riqueza cultural que habita en este lado de la ciudad.
Cultura como respuesta al contexto
Los procesos culturales en el Oriente no son solamente expresiones artísticas: son respuestas colectivas a realidades difíciles. Son niños que encuentran en la música una alternativa frente a la violencia; son mujeres que, a través de la danza o el tejido, resignifican su historia; son jóvenes que descubren en el teatro o el muralismo una forma de narrarse y de imaginar otros futuros posibles.
Este tipo de procesos requieren tiempo, cuidado, formación y recursos. Por eso, el acompañamiento institucional de la Secretaría de Cultura de Cali ha sido clave. A través de convocatorias públicas, fortalecimiento a casas de cultura, estímulos económicos y acompañamiento técnico, la Secretaría ha logrado que el arte llegue a donde más se necesita: los barrios donde muchas veces faltan oportunidades, pero sobran ganas de salir adelante.
Tejer comunidad desde lo cultural
Uno de los principales aportes de los procesos comunitarios es que no solo promueven habilidades artísticas, sino que fomentan la organización social, la convivencia pacífica y el sentido de pertenencia. Son espacios donde la comunidad se reconoce, dialoga, se cuida y se proyecta. En estos espacios, la cultura deja de ser un lujo o un espectáculo, para convertirse en una herramienta poderosa de transformación.
Gracias al apoyo de la Secretaría, estos procesos han podido consolidarse y ampliarse. Escuelas de formación artística, bibliotecas comunitarias, festivales barriales, centros culturales y jornadas descentralizadas de arte han sido posibles gracias a la articulación entre las comunidades y el gobierno local. En estos encuentros, el saber popular y el conocimiento institucional se cruzan para generar soluciones creativas y pertinentes.
Una apuesta que se proyecta al futuro
El compromiso de la Secretaría de Cultura con el Oriente de Cali no se detiene. Su visión es seguir fortaleciendo las iniciativas locales, ampliar la cobertura cultural en las comunas, y promover un modelo participativo donde las decisiones se construyan con la comunidad y para la comunidad.
Los planes a futuro contemplan no solo mantener lo que ya se ha logrado, sino también llegar a más sectores, acompañar procesos emergentes y garantizar que los jóvenes, adultos y personas mayores puedan encontrar en la cultura un camino de vida. Esto incluye mayor inversión, descentralización de programas, estímulos específicos para colectivos comunitarios y el fortalecimiento de redes culturales locales.
Una ciudad que se construye desde sus barrios
El Oriente de Cali tiene una potencia cultural inmensa. Reconocer y apoyar los procesos comunitarios no es solo una cuestión de justicia social, sino una apuesta inteligente por la paz, la equidad y el desarrollo. La cultura no es un adorno: es una fuerza viva que transforma, que organiza, que acompaña. Y cuando se impulsa desde lo local, con el respaldo de instituciones comprometidas como la Secretaría de Cultura, sus efectos son profundos y duraderos.
Cali se construye desde sus barrios, desde sus casas culturales, desde sus comunidades que bailan, pintan, cantan, escriben y sueñan. Y el Oriente es testigo —y protagonista— de una transformación que nace del arte y florece en comunidad.